lunes, 23 de mayo de 2011

Skhizein



pensar y observar el pensamiento que deviene al mismo tiempo, parecen ser dos aspectos distintos; me han dicho, que ambas cosas soy yo; que eso, es mi yo, mi propio ser. Sin embargo ya no puedo aceptar esas teorías.

¿Quien conduce este pensar?; no puedo saberlo. ¿Quien observa y parece escuchar a un lado el pensar, incluso como un juez?; tampoco puedo saberlo; sobre ninguno de los dos tengo control, ni conocimiento, puesto que el pensar y el observar emanan de algun sitio desconocido, florecen, y se manifiestan, por obra del misterio.

Puedo hacer la experiencia de mí, verme, sentir, pero todo nace de un lugar desconocido, y sin que pueda saber por qué; las cosas fluyen, acontecen, devienen por sí mismas, y en ese devenir, me arrastran consigo.

Las rutinas del día me conducen y por ello parece que esto que habito, este ser, toma partido por las cosas, y se antepone a las circunstancias pensando y decidiendo; pero ahora dudo de eso, dudo de esa capacidad, puesto que ese actuar se da sobre los hechos ya planteado, sobre el escenario ya montado. Si fuera repentinamente desplazado hacia otro lugar totalmente inhóspito y desconocido sentiría el completo desconcierto, la confusión, el no saber que hacer con las cosas, al carecer de esa rutina que da invisible sostén a la existencia.

Ese lugar inhóspito puede ser un desierto, una selva, incluso un monasterio, una carcel, o el insospechado inicio de la locura.

domingo, 8 de mayo de 2011

otoñal




las hojas se amarillan mudamente

en un mustio pensamiento de luz,


recuerdan al sol,
ya sin verle,


apenas se mecen,
y bailan tristes
en el eco volatil y seco


que murmuran el viento

y la infinita muerte.