sábado, 27 de agosto de 2011

muriente




Adiós
tejados mios
de mohos renegridos y verdes!
en el pecho el cordón que me unía
al mundo se ha cortado.

Adiós!
callecitas y bajíos empinados!
de mi secreta pena,
soledad y amparo

Adios!,
del vivo ardor,
ya siento el profundo desgarro!


Adiós tristeza infinita!
destino fiel!

tus penumbras de ladridos lejanos
murmuran adonde iré...


sábado, 20 de agosto de 2011

paloma


foto: Martzi

Ahora...

una sola cosa ansío, y es,
mudar en árbol,
para ser,
quizás, de vez en vez,
reposo de tus pies,
paloma;

de tu blanda piel,
amparo en la tormenta,
respiro en el cansado trajín,
y un poco de sombra fresca.

ya nada más ansío...

sino esta imperfecta soledad

del árbol que espera tus regresos
para ser, acaso solo eso,
una ciega rama que al cielo mira,

que ni siquiera nada ansía,
mas que el son de tu aleteo,
que es novedad para desvelo
del eterno soñar
en que vivo.

verte siempre volar feliz
ansío paloma y oir,
de tu nido bullir
el canto febril de la vida


pues, Ay!...
mis años son tantos y tan lentos
que no distinguen la eternidad
del momento,

y nada ya, además de esto,ansío,
solo, volverme árbol yerto y perdido,
en algún lejano confín
debajo de tu cielo, paloma






piélago


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Remedios Varo.

La vida es este constante fluir hacia lo desconocido. N
inguna cosa es la vida, sino este hacerse a la oscuridad, aun no vista. Las partes mas carnales, hechas por la vida, lo intuyen en un grado de perfección notable. Al poeta, se lo dice el mismo instante, pues el poeta, es el sabedor del instante mismo, el que filtra el ser antes de que sea, y antes de ser en el tiempo. Y en esto no se puede ser original, pues nada esta por fuera de esta verdad sin teoremas: lo incierto, la oscuridad, lo imprevisible, es el signo y el símbolo de la vida, su misterio. La vida es una intimidad incesante con lo desconocido, con lo que está por ser, sin saberse aun. un constante roce con su superficie blanda, mas allá de la cual se encuentra, lo que no se encuentra aun, el abrazo de la nada, la nada misma.
La vida es un hundirse en este piélago impreciso e informe, un adentrarse en esta proximidad íntima de lo desconocido, un dar a luz en el regazo de la oscuridad. Una luz que luego solo será onda y eco que se esparce, manifestación de lo que que fue; aviso fugaz del latir que pulsa en la oscuridad, de la fuente muda, que no se deja asir, ni prever.
Que sea esto así, en modo alguno lo es por malicia, o por ser un escollo a vencer, pues, es invencible; inasible por esencia, por ser condición sin condiciones de un devenir que se adentra hacia la nada, de un vivir misterioso, en íntima proximidad con lo imprevisible, mas allá de lo cual, hay nada pura, nada por ser.

jueves, 18 de agosto de 2011

un árbol


El árbol de Lulú

soñé con un viento que movía los limoneros del jardín, pero también, con un árbol extraño de tronco combado. era semejante a un palo borracho, pero se movía en forma muy diferente a como se mueve en realidad un árbol. amortiguaba los embates del tiempo, engrosando o estrechando su áspero tronco, deformándolo de maneras muy diversas, en contorsiones oportunas que se amoldaban así, mucho mejor al ritmo del aire. por momentos, en su impulso vital, hasta lograba salirse de a golpes más afuera de la tierra, como desenterrándose de su raíz, para luego de uno modo oscuro y fantasmal, dejar salir de su tronco cercenado, a un hombre, mitad hombre, mitad árbol, cubierto de pequeñas ramas y colgajos como algas de un pantano. separado del árbol y dotado de cierta voluntad, por unos instantes, el prodigio parecía juntar algo del suelo, para después retornar muy rapidamente al insospechado regazo vegetal, al oculto vientre de madera, a la matriz oscura que se volvería otra vez leñosa, y al cabo de un rato, otra vez agua, hombre y pantano, en un ciclo de armonía monstruosa e informe, pero azarosamente acompasada por un vago sentido de verdad.