sábado, 20 de agosto de 2011
paloma
foto: Martzi
Ahora...
una sola cosa ansío, y es,
mudar en árbol, para ser,
quizás, de vez en vez,
reposo de tus pies, paloma;
de tu blanda piel,
amparo en la tormenta,
respiro en el cansado trajín,
y un poco de sombra fresca.
ya nada más ansío...
sino esta imperfecta soledad
del árbol que espera tus regresos
para ser, acaso solo eso,
una ciega rama que al cielo mira,
que ni siquiera nada ansía,
mas que el son de tu aleteo,
que es novedad para desvelo
del eterno soñar en que vivo.
verte siempre volar feliz
ansío paloma y oir,
de tu nido bullir
el canto febril de la vida
pues, Ay!...
mis años son tantos y tan lentos
que no distinguen la eternidad
del momento,
y nada ya, además de esto,ansío,
solo, volverme árbol yerto y perdido,
en algún lejano confín
debajo de tu cielo, paloma
piélago
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Remedios Varo.
La vida es este constante fluir hacia lo desconocido. Ninguna cosa es la vida, sino este hacerse a la oscuridad, aun no vista. Las partes mas carnales, hechas por la vida, lo intuyen en un grado de perfección notable. Al poeta, se lo dice el mismo instante, pues el poeta, es el sabedor del instante mismo, el que filtra el ser antes de que sea, y antes de ser en el tiempo. Y en esto no se puede ser original, pues nada esta por fuera de esta verdad sin teoremas: lo incierto, la oscuridad, lo imprevisible, es el signo y el símbolo de la vida, su misterio. La vida es una intimidad incesante con lo desconocido, con lo que está por ser, sin saberse aun. un constante roce con su superficie blanda, mas allá de la cual se encuentra, lo que no se encuentra aun, el abrazo de la nada, la nada misma.
La vida es un hundirse en este piélago impreciso e informe, un adentrarse en esta proximidad íntima de lo desconocido, un dar a luz en el regazo de la oscuridad. Una luz que luego solo será onda y eco que se esparce, manifestación de lo que que fue; aviso fugaz del latir que pulsa en la oscuridad, de la fuente muda, que no se deja asir, ni prever.
Que sea esto así, en modo alguno lo es por malicia, o por ser un escollo a vencer, pues, es invencible; inasible por esencia, por ser condición sin condiciones de un devenir que se adentra hacia la nada, de un vivir misterioso, en íntima proximidad con lo imprevisible, mas allá de lo cual, hay nada pura, nada por ser.
Remedios Varo.
La vida es este constante fluir hacia lo desconocido. Ninguna cosa es la vida, sino este hacerse a la oscuridad, aun no vista. Las partes mas carnales, hechas por la vida, lo intuyen en un grado de perfección notable. Al poeta, se lo dice el mismo instante, pues el poeta, es el sabedor del instante mismo, el que filtra el ser antes de que sea, y antes de ser en el tiempo. Y en esto no se puede ser original, pues nada esta por fuera de esta verdad sin teoremas: lo incierto, la oscuridad, lo imprevisible, es el signo y el símbolo de la vida, su misterio. La vida es una intimidad incesante con lo desconocido, con lo que está por ser, sin saberse aun. un constante roce con su superficie blanda, mas allá de la cual se encuentra, lo que no se encuentra aun, el abrazo de la nada, la nada misma.
La vida es un hundirse en este piélago impreciso e informe, un adentrarse en esta proximidad íntima de lo desconocido, un dar a luz en el regazo de la oscuridad. Una luz que luego solo será onda y eco que se esparce, manifestación de lo que que fue; aviso fugaz del latir que pulsa en la oscuridad, de la fuente muda, que no se deja asir, ni prever.
Que sea esto así, en modo alguno lo es por malicia, o por ser un escollo a vencer, pues, es invencible; inasible por esencia, por ser condición sin condiciones de un devenir que se adentra hacia la nada, de un vivir misterioso, en íntima proximidad con lo imprevisible, mas allá de lo cual, hay nada pura, nada por ser.
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