El de la barba blanca,
El que junta flores de nácar
con la pequeña Loredana.
El que al mundo con fantasías
su amante corazón abraza
como a un destino fiel
del que ya nunca jamás se separa
Perdido, feliz y confuso lo vi
Caminando en la luz de la mañana
Inventando en el aire unos ojos
De miel y almendras amargas