lunes, 31 de mayo de 2010

Capturador sincronico de estados


Técnicas milenarias reveladas desde el misterio mismo, me dictan el diseño de esta invención cuyos mecanismos últimos son necesariamente invisibles e indetectables al ojo humano. La ligazón inmaterial de los elementos la constituyen en un verdadero alma adivinadora. El mecanismo visible es indiferent en muchos aspectos, aunque la simpleza debe ser un requisito necesario, y la belleza una exigencia imperiosa.

El capturador sincrónico de estados, sintetiza, en la disposición univoca de sus piezas el estado macrocósmico en un lugar, en un tiempo, y en una dimensión espiritual determinada . El ordenamiento espacial y la evolución temporal hasta el cuajado del patrón sincrónico, revelan en la disposición de esos pocos elementos, el mismo misterio que ahonda, vive, y vivifica la totalidad del ser . Todos los entes imbuidos en una misma participación resuenan, con sus matices propios, pero análogos, con el devenir único del universo completo.

Arrojad piedras, arrojad caracoles, arrojad ramas de milenrama, valorad el paso exiguo de un minúsculo pájaro en el aire, el movimiento inesperado de los objetos, o el encuentro casual de un significado oculto en la azarosa págin de un libro, y tendréis un capturador sincrónico de estados completo.

El azar, siempre fue más que un sin saber, mucho más que un sin sentido, el azar siempre fue el mismo misterio que entrecruza los hilos de este tapiz infinito.

Y el caos, el abismo, desde lo profundo e inconcebible augura, y desenvuelve los destinos futuros con una rigidez acuática desconocida, con un rigor fluido inapreciable, un destino multidimensional, una autentica obra de arte de ingenio divino.

El destino jamas fue lo dictaminado sin azar. El azar y el destino van unidos desde siempre de una manera secreta e incomprendida.

Hay capturadores sincrónicos mejores que otros. Los que resuman el azar, aquilatando el irregular movimiento de los objetos en el espacio, son tal vez, menos explícitos en sus presagios y dictámenes que los basados en las coincidencias de significados, en los mensajes que el acontecer unido a la memoria, revela con identidad esencial. Los primeros necesitan de un andamio de interpretaciones, de unas reglas establecidas, de un alfabeto mántico, las segundas, por su propia naturaleza, hablan con la voz de la epifanía. A estas prefiero, y dedico el total de mis fuerzas. A estas el capturador de estados sincrónicos presta mejor ayuda, y agiliza los sentidos externos, y el sentido interno, para leer en sus partes, el código y la cifra escondida.

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