miércoles, 27 de abril de 2011

via lactea



vas a caminar hasta aquí, te detendrás en la galería, mirarás hacia el patio y verás el parral, olerás bien hondo y profundo y sentirás el perfume de la tierra mojada; y más desde el oeste, te llegará, apenas, el aroma del corral. oirás las últimas gotas, el murmullo distante del aguacero, el rumor grave del trueno y el retumbar sordo de sus ecos que se alejan. sentiras la brisa fria en camisa mangas cortas, y se te hara la piel de gallina. tendras la vision mas clara que se pueda tener del verde de las hojas y del azul plomizo del cielo atardecido. creerás oir el chasquido de una fusta, el trote chirle de un caballo, y la lenta procesion de las vacas, retornando a su corral.

te iras con tu mirar, al fin, trás un proselito de terneros y cascabeles, venerando el mujir santo y el último salmo que recitan el rebullo de los pajaros acomodandose en sus nidos.

desde el cielo, que ya casi se despeja, el lucero pastorea las estrellas por senderos más altos.



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