lunes, 9 de agosto de 2010

metaphora universalis, manual de fraseologia Zoes

Hay vacios que son vicios. Hay un idioma agujereado, como un queso.

escucho hablar, y me escucho, y me asombro, de ese extraño faltante: que aparece.

y frecuentes veces aparece. por ejemplo, cuando hacemos comparaciones y usamos la palabra o morfema "que".

por ejemplo decimos:

esta mas caro que.... y dejamos un silencio sin concluir la frase. el interlocutor debe agregar ahi, a su gusto y parecer , todos los posibles casos de dichos o frases existentes, si los tiene. pero el caso es, que no los tiene. y entonces, que hacemos?

1- la solucion argentina:

reemplazamos ese vacio por la palabra mierda, así:

me salio mas caro que... la mierda.

un contrasentido completo. la mierda es lo mas barato que existe, y la podemos fabricar de motus propio, con un poco de esfuerzo.

a ver, repasemos (repeat with me):

uy me quedo mas corta que... (que la mierda)
uy eso está mas lejos que... (que la mierda)

a no olvidar!, el morfema comparativo que, necesita un antecedente, y un consecuente, y resulta que el consecuente universal, para alegria de todos, devino: la mierda.

todo lo que no sabemos que... es la mierda.

en el sustrato mismo de nuestro pensar, en la base misma de nuestra lengua, antes mismo de comenzar a elaborar nuestro discurso, damos por sentado, casi metafisicamente, que todo es una mierda.

quisiera apropiarme argentinamente, es decir, ilegitimamente,
del primer enunciado del tractatus logico philosophicus
de Ludwig Wittgenstein que dice solemnemente:

«El mundo es todo lo que sea el caso» (Tractatus: § 1)

(que por otro lado, saquemonos la careta, Ludwig, nunca se entendio una mierda)

y cambiarlo levemente por este otro un poco mas entendible y argentino:

el caso es, que todo es una mierda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario